¿Cómo es ser cristiano en estos días? Un cristiano verdadero.
Estudio de Caso.
Como, digamos, Juan: toda su vida ha luchado con las tentaciones sexuales. Todos los días, excepto tal vez cuando tiene un resfrío o gripe, o simplemente está de mal humor, Juan tiene tentaciones sexuales de una clase u otra – hacia las mujeres. Juan está harto de luchar con esto.
Él siempre tiene que ejercer control sobre sus pensamientos, porque los pensamientos sexuales sobre las mujeres tratan de hacer su nido de su mente. Pero hoy ha decidido que esas Escrituras que lo condenan en este campo, deben entenderse mejor. Ahora piensa que esas enseñanzas muy conservadoras que condenan el sexo fuera del matrimonio simplemente no se aplican a la actualidad.
O, digamos, José: toda su vida ha luchado con las tentaciones sexuales. Todos los días, excepto tal vez cuando tiene un resfrío o gripe, o simplemente está de mal humor, José tiene tentaciones sexuales de un tipo u otro, hacia los hombres. José está harto de luchar con esto.
Siempre tiene que ejercer control sobre sus pensamientos, porque los pensamientos sexuales sobre los hombres tratan de hacer su nido su mente. Pero hoy ha decidido que esas Escrituras que lo condenan en este campo, deben entenderse mejor. Ahora piensa que esas enseñanzas muy conservadoras que condenan los pecados homosexuales simplemente no se aplican a la actualidad.
El camino del día.
Para muchos que asisten a la iglesia en estos días, como Juan y José, las Escrituras no son la máxima autoridad sobre la vida y el comportamiento, como solían ser. Para muchos, lo que la Biblia enseña en forma general está bien, pero, cuando se trata de ciertas especificidades, lo que dice, razonan, debe interpretarse a la luz de las realidades iluminadas de hoy.
Como por ejemplo:
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No me digas que las Escrituras condenan el comportamiento sexual fuera del matrimonio.
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No me digas que las Escrituras condenan el sexo entre personas del mismo sexo.
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No me digas que las Escrituras condenan el aborto, la homosexualidad, la lujuria y demás.
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No me digas que las Escrituras dicen que aquellos que practican el pecado y lo aceptan como una parte normal de su vida, no estarán en el Reino de Cristo.
Sólo dime lo que quiero escuchar, como:
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Así como Jesús no condenó a la mujer adúltera, Dios no nos condena a nosotros.
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Las Escrituras dicen: “quienquiera que quiera, puede venir”, entonces el cristianismo es muy inclusivo.
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La salvación en Cristo nos exime de toda culpa y vergüenza.
Así que Juan y José ahora se contentan con vivir la vida libremente, como quieran. Las Escrituras se acomodan muy bien a sus gustos.
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Juan dice que Cristo no condena sus amoríos y sus ligues de una noche con otras mujeres. Dios lo persona.
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José está muy cómodo como cristiano en una comunidad gay que lo acepta por lo que es. Dios los acepta a todos.
Juan y José dicen: “Todo está MUY BIEN. La vida continua. Su eternidad está segura. Entonces, ¿por qué no podemos todos llevarnos bien? Dejemos todo esta quisquillosidad de juzgar a otros”.
Pero, ¿es eso realmente lo que Dios mismo estableció en la Creación? ¿Es nuestro pensamiento igual al de Dios? ¿O se han engañado Juan y José de tal forma que son contrarios a Dios y Su plan eterno para la humanidad?
¿Qué pasa si Juan y José están equivocados? ¿Qué pasa si Dios realmente odia lo que las Escrituras dicen que odia? ¿Qué pasa si el adulterio, la fornicación y el sexo gay (por nombrar algunos) son condenados por Dios, el Creador del universo? (1 Corintios 6:9-10) ¿A ti te haría alguna diferencia? ¿Cambiarían Juan o José? ¿Cambiarías para alinearte con lo que Dios ha ordenado? ¿O defenderías tu posición a capa y espada?
Lo que importa.
Tenemos la opción ahora de seguir lo que se nos revela claramente en las Escrituras. Yo, por mi parte, creo que las Escrituras son muy claras en cuanto a la voluntad de Dios. En lo que respecta a la práctica sexual y los muchos otros temas de hoy, la Biblia no es difícil de entender. (Efesios 2:3) Todos nacemos en la misma condición. Todos somos muy rebeldes. Queremos lo que queremos, cuándo lo queremos y cómo lo queremos. (1 Juan 1:8; Isaías 53:6).
Mientras estemos en este cuerpo, siempre lucharemos contra las tentaciones. Es fácil quedar atado por los pecados “que nos hacen tropezar”. (Hebreos 12:1)
Lo que es difícil de hacer es humillarnos, confesar nuestro pecado, arrepentirnos de nuestro pecado y volvernos a Cristo para recibir perdón. Para las criaturas rebeldes es difícil ceder a Su voluntad.
Las personas abusivas de antaño, llenas de odio, no seguían a Cristo. Lamentablemente, los cristianos han fracasado horriblemente al tratar con los pecados Y a los pecadores. Los cristianos a menudo han condenado y tratado a los pecadores con odioso desprecio y abuso. ESO ciertamente no es bíblico. (Juan 8:10-11) Tampoco los muchos pecados del hombre son bíblicos. ¡Pero tampoco podemos justificarnos, señalándoselos a ellos!
¡Ciertamente no nos pararemos delante de Dios en el Día del Juicio usando SUS pecados para justificar NUESTROS pecados! ¿Te encuentras racionalizando de esa manera?
El odio es fácil. A los humanos les encanta señalar los errores de los demás y condenarlos. La paradoja de su comportamiento se pierde en ellos.
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Los llamados cristianos “que se conocen por su amor” … escupen palabras de odio contra los homosexuales.
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Los llamados cristianos que “ponen la otra mejilla” … cortan las cabezas de los infieles.
Pero ¿qué importa realmente? Al final, ¿qué importará realmente? ¡Ciertamente no será lo que yo pienso! ¡Ciertamente Dios no nos pedirá que definamos para Él Su entendimiento!
Él ha hecho Su camino muy claro para nosotros en la Biblia. Sin embargo, presionamos para tener las cosas fáciles. Lo queremos a nuestra manera. Racionalizamos, creando nuestras propias verdades, justificamos nuestros propios deseos, escribimos nuestra propia nueva moral. Justificamos nuestros propios caminos ante Dios. Bueno, digamos, lo intentamos.
Pero ¿funcionará eso en – El Fin – cuando estemos delante de Él, físicamente? Detente y piensa en ese día. Dios será el Juez, y Él no usará tu “pensamiento racional” del siglo XXI. No hay posiciones culturalmente correctas allí. (¡Él tendrá la única posición correcta!) Usará Su Palabra, no la nuestra. Nos corresponde a nosotros pensar como Dios piensa, porque Él nos juzgará por Su pensamiento. Ahora, Y ENTONCES, lo que importa es lo que Él piensa.
Mis caminos a menudo no son Sus caminos (Deuteronomio 30:16). En ese Día del Juicio,
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mi bien y mi mal “como yo lo veo”,
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Mi actitud de que “está bien ser impuro”,
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mis excusas para la fornicación,
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mi relación sexual con mi novio/novia,
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mi “preferencia sexual”,
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mi sexo con el mismo sexo,
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mi ciencia que usa fetos para la investigación,
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mi decisión de matar a mi bebé por aborto,
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mi estilo de vida basado en “el fin justifica los medios”,
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mi odio a los demás,
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mi rechazo inflexible de seguir a Jesús en todas las cosas,
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mi estilo de vida contrario a las enseñanzas de Jesús,
… no será aceptado en la Corte de Dios.
Si crees que Cristo era Dios en la carne (Juan 1:14; Juan 6:51) y se sacrificó a nuestro favor, entonces estás en el camino hacia Su Reino. Pero eso no es suficiente. Debemos seguirlo. Y Dios nos ha dicho de manera clara qué significa realmente “seguirlo” a Él. ¿Estás realmente “siguiendo a Cristo”? [Incluso Satanás “cree” en Cristo! Pero Él no lo sigue.]
Ser “cristiano” no es cuestión de que determinemos qué es cristiano y qué no lo es. Ser “cristiano” es lo que Dios decide que es. Él determina qué es la realidad. Él ya ha determinado cómo ha de ser. A través de la Biblia podemos conocer Su voluntad “manejando con precisión la Palabra de Verdad” (2 Timoteo 2:15 LBLA). Dios no nos ha dicho que hagamos nuestro propio camino. No te engañes a ti mismo, porque eso lleva al infierno (Gálatas 6:7).
No podemos elegir nuestro camino por encima de Su camino ya revelado, vivir en rebelión contra Él, y esperar que Él nos perdone cuando lleguemos a Sus puertas perladas. Esto no funcionará, llegar y decir: “Pero, pero, pero pensamos que estábamos bien …”. Él ya nos comunicó Su Palabra en las Escrituras. Él ya nos ha dicho lo que dirá en ese día a aquellos que ignoran Su Palabra:
23 Pero yo les responderé:
“Nunca los conocí.
Aléjense de mí,
ustedes, que violan las leyes de Dios”.
(Mateo 7:23)
El propósito de la vida es agradar verdaderamente a Dios. Y las Escrituras explican claramente cómo agradarlo. (2 Corintios 7:1; Gálatas 5:16; Gálatas 6:8) No se trata de vivir sin pecar. No se trata de asistir a la iglesia. Y en ESE día, tu filosofía no te dará la entrada. Dios ganará. Y sólo en Él ganamos.
No somos salvos por nuestras obras,
pero nuestras obras le muestran a Dios
que estamos, o no estamos,
en realidad, siguiéndolo a Él y Sus caminos.
La Biblia dice que si los hechos de nuestra vida (nuestras obras).
no coinciden con Su camino –
entonces nuestra fe es inútil en Ese Día.
Y no valen nada ahora.
Entonces, ¿cómo es ser cristiano en estos días? … Lo mismo que siempre ha sido:
el Señor te ha dicho lo que es bueno,
y lo que él exige de ti:
que hagas lo que es correcto,
que ames la compasión
y que camines humildemente con tu Dios.
(Miqueas 6:8 y Deuteronomio 10:12-13)
«El mensaje está muy al alcance de la mano,
está en tus labios y en tu corazón».
Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la fe:
9 Si declaras abiertamente
que Jesús es el Señor
y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos,
serás salvo.
10 Pues es por creer en tu corazón
que eres declarado justo a los ojos de Dios
y es por declarar abiertamente tu fe
que eres salvo.
(Romanos 10:8-10)
No hay una cobertura general de los pecados de todos los hombres. Eres hecho justo ante Dios sólo cuando personalmente tú crees y confiesas. La salvación requiere que TÚ creas y que TÚ confieses … y que lo sigues.
9 Si declaras abiertamente
que Jesús es el Señor y crees en tu corazón
que Dios lo levantó de los muertos,
serás salvo.
(Romanos 10:9)
Ser cristiano según Dios
Ser cristiano (en lugar de simplemente “asistir a la iglesia”), según el entendimiento de Dios, implica creer, confesar y seguirlo en palabras y hechos. Porque “la fe sin obras está muerta”. No te dejes atrapar muerto con una fe muerta. Los resultados son eternos.
“Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez
y después vendrá el juicio”
(Hebreos 9:27)
* Este artículo se basa sobre Being Christian, publicado en inglés: marzo 18, 2011.
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