Dándole la espalda a Dios

Este artículo se basa en este pasaje del Antiguo Testamento: Deuteronomio 29:14-21

Acerca de el camino de Dios
La Biblia fue escrita para que pudiéramos aprender acerca de el camino de Dios (2 Timoteo 3:16; Mateo 22:29). El Antiguo Testamento fue una época específica bajo la Ley de Moisés, pero todavía nos muestra principios para la época actual, y podemos aprender acerca de Dios a través de él.

En Deuteronomio 29:14-21 nos enteramos de lo enojado que está Dios con el pecado. No queremos enfadar a Dios. La única manera de no enojarlo es (1) no pecar, o (2) ser perdonado por Él. ¿Tienes pecado en tu vida?

Podemos ser libres para siempre de Su condenación. Eso sólo sucede al creer en el nombre de Jesús y aceptar Su perdón con sinceridad y verdad. ¿Has nacido de nuevo, liberado del pecado?

Aquellos quienes se alejan de Dios… en Deuteronomio 29:14-21
Cómo son, qué tienen:

“se [apartan] del Señor nuestro Dios” (v18)
ellos… “[rinden] culto a esos dioses de otras naciones” (v18)
tienen una “raíz [que produce] frutos amargos y venenosos en medio de ti” (v18)
se “[confian] demasiado y [piensan]: “Estoy a salvo, a pesar de que sigo los deseos de mi corazón terco”. (v19)

NOTA BÍBLICA [a]: el renegado se imagina que el acuerdo es unilateral, exigiendo que Dios lo bendiga sin importar lo que haga.

Deuteronomio 29:20
Y el Señor jamás perdonará a los que piensan así. Por el contrario, su enojo y su celo arderán contra ellos. Les caerán encima todas las maldiciones escritas en este libro, y el Señor borrará sus nombres de la faz de la tierra.

Este artículo se basa en este pasaje:

Deuteronomio 29:14-21

¹⁴ »Pero no es solo contigo que hago este pacto con sus maldiciones. ¹⁵ Lo hago tanto contigo, que hoy estás en la presencia del Señor tu Dios, como también con las generaciones futuras, que no están aquí hoy.
¹⁶ »Tú recuerdas cómo vivíamos en la tierra de Egipto y cómo anduvimos por el territorio de naciones enemigas cuando salimos de allí. ¹⁷ Tú viste las prácticas detestables de esas naciones y sus ídolos[a] de madera, de piedra, de plata y de oro. ¹⁸ Hago este pacto contigo, para que nadie—hombre o mujer, clan o tribu—se aparte del Señor nuestro Dios para rendir culto a esos dioses de otras naciones, y para que ninguna raíz produzca frutos amargos y venenosos en medio de ti.
¹⁹ »Los que oyen las advertencias de esta maldición no deberían confiarse demasiado y pensar: “Estoy a salvo, a pesar de que sigo los deseos de mi corazón terco”. ¡Eso los llevaría a la ruina total! ²⁰ Y el Señor jamás perdonará a los que piensan así. Por el contrario, su enojo y su celo arderán contra ellos. Les caerán encima todas las maldiciones escritas en este libro, y el Señor borrará sus nombres de la faz de la tierra. ²¹ El Señor los apartará de las demás tribus de Israel para echar sobre ellos todas las maldiciones del pacto registradas en este libro de instrucción