MIS.110. Modelo Supremo de Misión
MODULO 2. JESÚS Y “EL CÓMO FUE ENVIADO”
DIRECTORIO
1. Introducción.
Objetivos del Módulo
2. La escena de Juan 20
Tarea 2.1
Tarea 2.2
3. Los énfasis en el “como ” de Jesús.
Tarea 2.3
- INTRODUCCIÓN
¿Cómo podría ser el actuar nuestro como siervo o ministro en la obra de Dios? Hay tantos retos. Habrá muchos quehaceres, y posibles acciones a tomar. Y, ¿qué de mis actitudes y motivaciones? Seguramente hay otros ejemplos y modelos de misiones en las Escrituras. Pero, comenzamos por el modelo sobresaliente de Jesús. Puede ser en nosotros, el sentir que los ideales de Jesús son demasiado para nosotros. Podría ser suficiente mirar al Apóstol Pablo como un modelo misionero. Al reconocer las dificultades en nuestra consideración, sin embargo, es necesario comenzar con Jesús.
Lo veremos en su Encarnación – de meterse desde afuera en el contexto histórico a manera de perfección. ¡Qué tremendo! Todo el proyecto de Jesucristo se llevó en el momento preciso de Dios o sea el kairos divino. En Gálatas 4:4,5 Pablo afirma
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.”
Jesús vino en el preciso momento, y con el ejemplo sin par. Veamos unas pautas para nosotros.
LOS OBJETIVOS DEL MÓDULO
- Sentir el corazón de Cristo en el envío de sus discípulos.
- Considerar el texto de San Juan 20:19 al 23 y su implicación en “cómo fue enviado Jesús.
- Ver el diagrama de los Eventos de Salvación.
- LA ESCENA DE JUAN 20
Nadie podría pasar. Las puertas estaban bien aseguradas. El grupo reunido tenía a la vez una incógnita, una leve esperanza, un tema excitante a platicar, unas preguntas tremendas que no pudieron resolver, y un dilema de procedimiento para el futuro.
“Pero Pedro, ¿qué te ha dicho cuando él estaba contigo? ¿Lo has visto en una visión o estabas durmiendo? Seguramente estabas muy cargado de sueño y tristeza. ¿Cuándo fue, antes o después de tu visita con Juan a la tumba? ¿Qué has visto allá? Tú dices que has entrado en el mismo sepulcro y nos dices que su ropa de tumba estaba bien doblada. ¿Cómo fue esto? ¿Qué has sentido, y no había un fuerte olor a la muerte?”
“Y Juan, qué has visto tú, porque llegabas un poco más antes que Pedro al sepulcro?” “Ahora yo creo que ha resucitado,” dijo en voz baja. “¡Qué cosa!” dijo uno de los reunidos. “¿Cómo vamos nosotros a creer también, aunque recibimos las noticias de Cleofás y su amigo que habían caminado con él en el camino a Emaús? Ellos dijeron que al sentarse a la mesa y al partir el pan con ellos, él ofreció la oración de bendición. Sus ojos fueron abiertos en ese instante, pero él se fue de su vista. ¡Qué raro todo esto! ¡Parece más de una visión o fantasma!”
De repente, sin abrir la puerta y pasar, Jesús estaba en medio. Ya era de noche, las lámparas estaban encendidas. Todos abrieron los ojos bien abiertos. El cansancio y aun el miedo mismo se esfumaron. ¡Qué atentos, qué sorpresa y qué alegría! Sí era él. El estaba en medio con ellos. No era sólo su espíritu. ¡Lo vieron! Todos escucharon sus primeras palabras. Fue el saludo tan familiar: “Paz a vosotros.” El shalom de salutación sonaba como un shalom de Dios mismo. Era la voz querida, la voz conocida de su Maestro y su Señor.
“Al decir estas palabras, le vimos extender sus manos,” dijo Juan, “ y nos señaló las horribles marcas, cicatrices tan vivas donde había sufrido la rotura de los clavos, y nos abrió sus ropas a demostrar el lugar de la lanza. Yo no sé de otros, pero tuve que bajarme el rostro hasta el suelo. Mis ojos se llenaron de lágrimas y en más de uno de mis compañeros, escuché un sollozo fuerte. Yo había afirmado mi fe al ver el sepulcro abierto, pero ahora podía verle a él parado en nuestro medio. Otra vez con una ternura en su voz escuchamos ‘Paz a vosotros’.”
Juan seguía con su descripción de ese momento. “La reacción de los discípulos era de profundo regocijo. Casi no pudimos respirar tanto fue nuestra jubilación. Y llegó a esa palabra tan insólita de Jesús: Como me envió el Padre, así también yo os envío.”
“¡Qué profundo impacto esa declaración nos dejó!” dijo Juan. “Lo habíamos escuchado orar esa frase con el Padre pocas horas antes de su cruz. En esa ocasión, Jesús dijo: ‘Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.’(Jn.17:18). Aquella vez nuestra tristeza nublaba el pensamiento. Pero ahora, al escuchar a Jesús resucitado, con sus manos abiertas diciéndonos de frente, no pudimos eludir el desafío que esas palabras nos dejaran. Personalmente me llenaron de asombro. Tan grande envío por parte del Padre en Jesús, ¿cómo podría ser ese misma clase de envío con nosotros, al ser tan débiles?”
“Al haber anunciado esas palabras, yo escuché a Jesús soplar. Y sopló suficientemente fuerte para que ésto sea comentado después entre nosotros. ¿Qué significado podría tener? Entendimos que esto tuvo que ver con la recepción del Espíritu Santo que Jesús nos había prometido, porque luego él dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.’” (Jn. 20:22,23).
TAREA 2.1 Favor de comentar por medio del foro, “el sentir”, o “la emoció
n” que tú has tenido al leer y meditar esta escena de Jesús con los discípulos la noche del primer día de la semana.
El comentario de Juan nos plantea con fuerza la comisión de Jesús que enfatiza el modelo a seguir – su modelo de encarnación. ¿Qué significa? Antes de intentar una respuesta directa a la pregunta sobre el modelo de encarnación tomemos tiempo para leer el documento Observaciones de San Juan
TAREA 2.2 Favor de contestar las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son las dos palabras usadas por Juan de “enviar” y qué significación damos a ellas?
- ¿De cuáles tres personas habla la idea de enviar?
- ¿Cuáles es el valor de la palabra shalom?
- ¿Cómo podemos entender el “soplo” del Espíritu?
- ¿Qué es nuestro entendimiento sobre las acciones de la remisión o la retención de pecados?
LOS ÉNFASIS EN EL “COMO” DE JESÚS.
Del Evangelio de Juan, los énfasis en la enseñanza y vida de Jesús nos marca las pautas para entender el “como” de Jesús. Señalamos las siguientes características de este “como”: Estas son evidencias en la vida de Jesús en relación al “como” de su misión. De esta forma de vida y ejemplo Jesús enseñó a sus discípulos en los últimos días antes de su cruz.
- El amor intenso en servicio abnegado
Jesús tomó la toalla y con el lebrillo lleno de agua y lavaba los pies de los discípulos. Este servicio sencillo y evidente produjo la ocasión para su enseñanza sobre la entrega a servicio, el ejemplo de vida y el comentario sobre el amor de entrega, agape. Una parte del “como” es este amor intenso que permite ejemplo y servicio en su nombre..
- “Si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.” (Jn. 13:14,15).
- “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Jn. 13:34,35).
- ¿Qué clase de amor en servir a los demás tengo yo? ¿Habrá evidencias de ese amor durante la semana pasada en mi ministerio por Cristo? ¿o por lo contrario, doy muchas muestras de ira, enojo, molestia con las personas que me rodean?
- Una profunda fe. Qué hermosa fe y confianza evidenciaba Jesús hacia su Padre y en el propósito divino en cuanto al plan de salvación. Jesús instó a sus discípulos a tener una calidad de vida, de fe y de gran esperanza aun en los momentos difíciles donde parecían muy poca salida. Una hermosa fe es también parte del “como” en la misión de Jesús.
- “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.” (Juan. 14:1).
- “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” (Juan. 14:12, 13).
- Sí, es asombroso pensar en la confianza que Jesús tuvo en estos hombres y mujeres. ¡Una gloriosa fe que glorificara al final al Padre! Pero, y nosotros, ¿Qué clase de fe tenemos furente a nuestras situaciones de vida? Algunas de estas mismas situaciones son tan tremendas para nosotros. ¿No nos llega frecuentemente la duda, el desgaño, y la desconfianza? ¡O Dios, danos más fe!
- La vida de intimidad y estrecha comunión con el Espíritu Santo de Dios También fue una parte del “como” en la misión de Jesús. En las horas antes de la cruz, la fuerza de enseñanza sobre el ministerio del Consolador era muy marcada. Juan nos trae la riqueza de esa enseñanza, seguramente fortalecida por la vida misma de Jesús en relación íntima con el Espíritu. Jesús había ministrado en el poder del Espíritu. Él comenzó la interpretación de su propio ministerio, al decir: “El Espíritu del Señor está sobre mí,” (Lucas. 4:18). Por lo tanto, sus afirmaciones en cuanto al Consolador llevan mucho peso en esto del “como” de su misión. Miremos a unas de las promesas de Jesús sobre el Espíritu de Dios. ¿Cómo sentimos frente a estas promesas para nuestras vidas?
- “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre…(él) mora con vosotros, y estaré en vosotros.” (Juan. 14:16,17). LA PERMANENCIA DE LA MORADA DEL ESPÍRITU.
- “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (14:26). LA ENSEÑANZA.
- “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también…” (15:26,27ª). LA CAPACITACIÓN EN EL TESTIMONIO DE JESÚS.
- “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (16:8). EL CONVENCIMIENTO DEL PECADO, JUSTICIA Y JUICIO EN EL MUNDO.
- “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque
no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” (16:13). LA GUÍA A LA VERDAD, Y LA INTERPRETACIÓN DE ENSEÑANZA. - “Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (16:14). LA GLORIFICACIÓN A CRISTO.
Es imprescindible en el “cómo” de la misión de Jesús, esta relación estrecha con el Espíritu Santo. En ella, tenemos una glorificación de Cristo, la guía hacia la verdad, la capacitación en el testimonio, la sana enseñanza y la permanencia de Dios mismo con nosotros. Jesús dijo a sus discípulos, y también será para nosotros: “no os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” (14:18). Y es más, hay confianza de que es el Espíritu de Dios que obra en el convencimiento de pecado en el mundo. Gracias por esta tremenda verdad en cuanto al Espíritu de Dios.
- La obediencia. Jesús demostraba una perfecta obediencia a su Padre. Él requiere de los que seguimos a su persona esa calidad de vida – una vida obediente. Aun sabiendo que le iban a abandonar, él les compartió a los discípulos este principio de su propia vida como parte de la manera de su misión.
- “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.” (Juan. 14:21)
- “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.”(Juan. 14:23,24).
No es difícil entender la claridad de esta enseñanza. O obedecemos sus palabras guardándolas y poniendo por práctica sus directrices, o estamos errando el camino que él nos ha trazado. Si bien lo entendemos no nos resulta fácil ponerlo por práctica. ¿Habrá algo en nuestra vida de servicio en el cual no estamos obedeciendo a nuestro Dios? Si seguimos el ejemplo grande de Jesús como obediente Hijo, estaremos en el camino del “como me envió el Padre.” La obediencia es parte de este “cómo” vivir la misión de Cristo.
- La permanecía y continuidad en la misión en Dios. Necesitamos la ayuda de Dios en nuestras vidas, no sólo en la obediencia, sino en nuestra continuidad con el Señor, o sea esto de permanecer en Cristo. Cristo permaneció unido al Padre en todo momento. No lo vemos desviarse del propósito de su misión poe un instante. El nos ilustró por el ejemplo de su vida y también
nos ilustró este principio del “cómo” con la ilustración de la vid con los pámpanos. Nuestra vida depende de nuestro Señor. Como el pámpano depende de la savia de la planta, así nuestra vida depende de Cristo. En una vida con los propósitos de ser llenos del Espíritu Santo, de amor, fe, y obediencia tenemos también el propósito de llevar fruto para Dios y su gloria. Jesús afirmó con sus discípulos:
- “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”(Jn. 15:5).
- “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.”(15:9).
Si seguimos la misión de Jesús según este capítulo de Juan el contexto es de llevar fruto, más fruto, y de llevar mucho fruto. Jesús indicó que sería fruto que permanece.
- El patrón de la oración de intercesión de Juan 17. Al tomar la hermosa oración de Jesús en Juan 17 como indicación de la misma misión de Jesús, vemos el “cómo” en los siguientes términos:
- La glorificación de Dios, como propósito supremo.
“Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.” (Juan. 17:4).
- Hacer conocer a Dios en medio del mundo.
– “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo tú me diste.” (6).
– “Las palabras que me diste, les he dado.”(8).
– “Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.” (26).
- Realizar una obra de oración e intercesión.
-“Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que tú me diste; porque tuyos son,.”(9).
-“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,” (20).
Las peticiones de Jesús por los discípulos revelan los anhelos en su misión de protección, gozo, santificación en la verdad, unidad, y que puedan estar con el Señor y ver su gloria. Es impresionante la pasión e intensidad de esa oración de Cristo en cuanto a la unidad de sus discípulos con Dios para el fin de que “el mundo crea que tú me enviaste” o “para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”(21 y 23).
TAREA 2.3 Favor de escribir y enviar a la Tarea 2.3
Unas dos páginas de “Reflexión personal sobre las características de Jesús señaladas en cómo EL fue enviado y el impacto en tu propio ministerio.”
EL DIAGRAMA
LOS EVENTOS DE SALVACIÓN
SU RELACIÓN A LA ENCARNACIÓN
OBSERVA: el siguiente link abre el PDF Los eventos de la salvación
Los eventos de la vida de Jesús en su encarnación se relacionan con estas palabras: El nacimiento – despojarse; El ministerio – servicio; La cruz – entregarse; La resurrección – ministrar vida; La ascensión – perseverar e intercesión; Pentecostés – poder.
PARA MÁS LECTURA
Para la preparación del siguiente módulo, miremos a los textos de la encarnación de Jesús más familiares. LOS EVENTOS DE LA ENCARNACION INTRO
SUMARIO
Al terminar este módulo, preguntamos si cumplimos satisfactoriamente los objetivos del módulo.
- ¿Sentimos el corazón de Cristo en el envío de sus discípulos?
- ¿Entendemos un poco más de las implicaciones en “cómo fue enviado Jesús?
- ¿Hemos visto y entendido el diagrama de los Eventos de Salvación?
- ¿Estamos dispuestos a considerar nuestras actitudes en la manera que Cristo nos envía a nosotros?