¿Eres una de esas personas? ¿Eres uno de los muchos «iluminados» que han probado de lo que Dios hace en los cristianos… pero no te has rendido realmente a Dios, no has elegido verdaderamente seguirle? ¿Te has alejado?
Perdiéndolo
Nuestra esperanza está siempre en Cristo, nunca en nuestras fuerzas, nunca en nuestras capacidades, nunca en nosotros mismos. Nuestra esperanza siempre está en Aquel que nos cambió para Sus propósitos. Y Él nunca nos abandonará. Por eso no tengo miedo. Mi salvación no depende de mí. Dios me tiene en Sus manos, y Sus manos son fuertes.

