Jesucristo y El Discipulado
Parte Uno
Fragmento Tomado de MIS.110. Modelo Supremo de Misión, Dr. Peter Larson, M7: Jesucristo y El Discipulado. Parte 1/3
INTRODUCCIÓN
Los eventos de la vida de Jesucristo en su encarnación impactaron y transformaron a varias personas. Esa trasformación de vida llamamos la salvación o conversión a Cristo o santificación. Toda esa transformación permite que la persona lleve un discipulado cristiano. Seguimos a Jesús, aprendiendo, adorando, sirviendo y obedeciendo como él es el Gran Maestro, el Salvador y nuestro Señor. Primeramente, eran unos pocos que sintieron el llamado del Señor. Pero, el día de Pentecostés, Lucas menciona que fueron 120 que estaban en el grupo que recibieron el derramamiento del Espíritu Santo A pocas horas después la congregación de seguidores de Jesús había aumentado a más de 3000 personas. Desde esa fecha el HACER DISCIPULOS de Jesús no ha terminado. Continúa aún en nuestro tiempo. Jesús dio la encomienda como hemos visto en San Mateo 28:19, 20a:
“Por tanto, id, y haced discípulos
a todas las naciones,
bautizándolos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: . . .”
La centralidad de Jesucristo por medio del Espíritu Santo de Dios en el discipulado cristiano debe aflorar con toda majestuosidad y fuerza. Si esa centralidad se opaca por alguna razón (actividades múltiples religiosas que puedan ser buenas en sí, pero que ocultan a Cristo, o pecados diversos que desvían la mirada principal de Jesucristo y afean el testimonio) el grupo necesita responder al fuerte llamado de Dios y arrepentirse. Los profetas articularon en su momento esa invitación de Dios. ¡Cuán importante es volver a Dios, y volver al propósito divino primordial!
Isa. 44:21, 22 “Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú: Israel, no me olvides. Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.
Ez. 14:6 “Por tanto, di a la casa de Israel: así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones.”
Os.12:6 “Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre.”
Zac. 1:3 “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
OBJETIVOS DEL MÓDULO 7
- Contemplar elementos básicos en el discipulado cristiano
- Considerar aspectos misionales pertinentes del discipulado.
- Reflexionar sobre lo cristo céntrico de las características al seguir a Cristo.
- Ver a Jesucristo como la principal piedra del ángulo.
LA TAREA DE HACER DISCÍPULOS
Jesús animó a los primeros seguidores a HACER DISCÍPULOS en todas las naciones. El desafío de ellos sigue siendo el desafío de nosotros en todos los grupos étnicos de nuestro mundo. Damos gracias a Dios por los buenos avances, pero todavía el reto fuerte nos persigue.
“¿Dónde están tus discípulos, Pedro?” me dijo un joven hace muchos años. Esa pregunta ha retumbado en mi mente en varias ocasiones de mi vida, no sólo en mi propia cultura sino en las otras culturas de Argentina y México dónde vivimos como familia misionera. ¿Cuáles son aspectos del discipulado que el misionero podría enfrentar? ¿Habrá retos que son adicionales a esta tarea cuando no es de la cultura y ambiente de uno? Cuando uno está trabajando en otra parte del mundo, ¿habrá factores de importancia a considerar?
Primero, contemplemos los aspectos conocidos en nuestra propia cultura como repaso.
LOS ELEMENTOS BÁSICOS EN EL DISCIPULADO CRISTIANO
En el excelente libro por Robert Coleman, Plan Supremo de Evangelización,[1] él toma el ejemplo perfecto de Jesucristo en su obra de discipulado. Todo creyente es responsable de imitar ese ejemplo y particularmente aquellos que Dios ha capacitado como líderes Usando el ejemplo de Coleman, vemos que un ministerio del discipulado funciona en base de:
- La selección de personas según sus dones, a quienes Dios ha tocado (Lc. 6: 13).
- Una asociación íntima con los discípulos, estando juntos en las tareas del aprendizaje y ministerio (Mt. 28:20; Mr. 3:14).
- Una consagración de vida, esperando en el discipulado una vida de obediencia, llevando la cruz de nuestro Señor (Mt.11:29).
- Una comunicación espiritual. En Cristo había una entrega a los suyos, una vida llena del Espíritu Santo que si se comunicaba (Jn. 20:22; 17:18, 19).
- Una demostración de cómo vivir la vida victoriosa en Cristo, a través de la oración, el uso de la Biblia y la manera de dar testimonio (Jn. 13:15).
- La delegación de los trabajos y tareas en el servicio del reino de Dios (Mt. 4: 19).
- Una supervisión adecuada, tomando en cuenta la necesidad de repasar y aplicar las verdades de nuevo (Mr. 8: 17).
- La reproducción en la cual el discípulo da fruto espiritual a través del poder de Dios (Jn. 15: 16).
TAREA 7.1 Usando el foro de la clase, comente si uno de estos principios de Coleman les haya llamado la atención, sea de énfasis o de duda en el discipulado.
[1] Robert Coleman, Plan Supremo de Evangelización (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1972), pp 15-94.
Fragmento Tomado de MIS.110. Modelo Supremo de Misión, Dr. Peter Larson, M7: Jesucristo y El Discipulado. Parte 1/3
PARA MÁS:
Jesucristo y El Discipulado 1
Jesucristo y El Discipulado 2
Jesucristo y El Discipulado 3