Tomado de: Gary Collins. Christian Counseling, pp. 46-47.
La consejería no es un proceso por pasos como al hacer un pastel o cambiar una llanta. Cada aconsejado es único, con problemas, actitudes, valores, expectaciones, y experiencias que son diferentes de todos los demás. El consejero (cuyos propios problemas, actitudes, valores, expectaciones, y experiencias, también son traídos dentro de la situación de consejería) debe acercarse a cada aconsejado un poco distintamente. El curso de la consejería va a variar de persona a persona.
En cada relación de consejería, sin embargo, parece haber varios pasos o fases, algunos de los cuales pueden ser repetidos varias veces conforme se consideran y se reconsideran los problemas.
- Conectando. Esto involucra inicializar, construir, y mantener una relación entre el consejero y el aconsejado. El consejero escucha atentamente y muestra interés sincero y cuidado mientras que el aconsejado empieza, a veces tentativamente, a compartir sentimientos, preocupaciones, o problemas.
- Explorando. Los aconsejados necesitan “contar sus historias” – revelando detalles de situaciones problemáticas, de oportunidades no aprovechadas, y de experiencias frustrantes. Este es un tiempo cuando los aconsejados son animados a compartir sus sentimientos, a hablar acerca de sus pensamientos, y a describir sus acciones. El consejero escucha atentamente, hace preguntas a fondo de una manera periódica, y responde con respeto, empatía, y sensibilidad. Esta exploración de temas da que el consejero y el aconsejado construyan un repertorio y adquieran un entendimiento claro de la situación problemática.
- Planeando. Con el tiempo, el aconsejado empieza a ver el problema con una luz distinta y la discusión se mueve hacia metas y acciones que se podrían tomar para encontrar soluciones. ¿Cómo podría cambiar el aconsejado? ¿Hay cosas que se puedan hacer para mejorar las situaciones? ¿Se deben aceptar algunas cosas porque no pueden ser cambiadas? ¿Se deben confesar pecados, tomar acciones, cambiar actitudes, alcanzar metas, aprender habilidades? Juntos, el consejero y el aconsejado desarrollan algunos planes para tomar acción.
Algunos consejeros tratan de saltarse esto y las dos etapas previas para que se puedan mover directamente hacia el proceso de dar recomendaciones y retar a la persona a tomar acción. Esto a veces funciona pero es más frecuentemente inefectivo, así como una cirugía hecha por un cirujano ciego quien no se tomó el tiempo de hacer un diagnóstico.
- Progresando. El planear no es muy útil si no se sigue con acción. Después de que la gente decide qué es lo que se necesita hacer, deben de ser animados a empezar a moverse hacia sus metas. El consejero da apoyo, dirección, ánimo, y a veces empujes delicados. A veces los aconsejados tomarán acción y experimentarán la derrota. El consejero entonces ayuda al aconsejado a evaluar en dónde se equivocó y juntos hacen planes para intentarlo de nuevo.
- Terminando. La consejería no dura para siempre. Con el tiempo, tanto el consejero y el aconsejado se alejan de su relación más intensa de resolución de problemas. Frecuentemente se resume lo que se ha aprendido o logrado. Puede haber una discusión acerca de las maneras en las que el aconsejado puede vencer en el futuro. Y se deja abierta una puerta para contactos futuros de consejería si se llegaran a necesitar.
En papel todo esto suena directo y simple, pero el proceso de consejería puede ser muy complicado y demanda del tiempo y la energía de uno. Las etapas de la consejería raramente son tan fácilmente y claramente identificados como lo pueden implicar los párrafos previos. Por ejemplo, el primer paso de conectarse con los aconsejados y construir una relación, sin embargo, debe ser mantenido. Por esta razón, el consejero nunca debe perder la vista del paso uno. Conforme progresa la consejería, hay una vacilación continua entre estas etapas conforme se hacen más claros los problemas, conforme se encuentran y se prueban soluciones, y la consejería se mueve hacia su final.
Tomado de:
Gary Collins
Christian Counseling,
pp. 46-47.
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