Estoy trabajando más en mí mismo. ¡A veces soy un imbécil! Hago exactamente NO lo que quería hacer, tal como admitió el Apóstol Pablo en Romanos 7: versículo 15.
¿¡Qué tontería es ésa!? Quiero estar siempre en lo cierto, y ser siempre justo. Pero no lo estoy.
Estoy trabajando en ello. ¡No quiero que mi vida sea vil ante Jesús! Quiero ser una persona más justa. ¿Y qué hay de ti?
Filipenses 2:12 Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes; y ahora que estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor.
Es fácil perder la perspectiva correcta de lo que significa seguir a Cristo. Estamos rodeados de violencia e ira en nuestros barrios, en las noticias, en las películas y en los programas de televisión. Mateo dijo que en los tiempos finales (¿nuestros tiempos?):
“Abundará el pecado por todas partes,
y el amor de muchos se enfriará…”
– Mateo 24: versículo 12
Mantente ferviente en tu amor por los demás. ¿Eres uno de los que pertenece a la “mayoría”? ¿Qué tan ardiente es tu amor por los demás? ¿Se enfría? Todos tenemos a mano un buen termómetro del amor: Examínate a ti mismo. ¿Quieres subirle una rayita de dificultad? Este es el nivel de amor al que aspiro: el amor de 1 Corintios 13.
¿Dirías que eres ferviente en tu amor por los demás? [Real Academia Española Fervoroso: que tiene fervor activo y eficaz. Sinónimos: apasionado, intenso, vehemente, ardiente, sincero, ferviente, de corazón; entusiasta, celoso, fanático, empedernido, de todo corazón, ávido, ansioso, entusiasta, comprometido, dedicado, devoto].
1 Pedro 4:8 Lo más importante de todo es que sigan demostrando profundo amor unos a otros, porque el amor cubre gran cantidad de pecados.
Romanos 12:11 No sean nunca perezosos, más bien trabajen con esmero y sirvan al Señor con entusiasmo.
1 Pedro 1:22 Al obedecer la verdad, ustedes quedaron limpios de sus pecados, por eso ahora tienen que amarse unos a otros como hermanos, con amor sincero. Ámense profundamente de todo corazón.
1 Corintios 2:15 Los que son espirituales pueden evaluar todas las cosas, pero ellos mismos no pueden ser evaluados por otros.
El cristianismo perezoso permite que crezca un cerco de espinas alrededor de tu alma, dicen los Proverbios. Con el tiempo la fe se vuelve perezosa.
Proverbios 15:19 El camino de los perezosos está obstruido por espinas,
pero la senda de los íntegros es una carretera despejada.
A todos nos gustan las carreteras “llanas y abiertas”, pero… los pequeños pecados te pellizcan y te cortan, y pronto estás enredado en un seto de malos hábitos, “pequeños pecados” que dejas que se acumulen por negligencia perezosa y voluntariedad. (Eclesiastés 7:17; Salmo 19:13; Salmo 119:10; Proverbios 18:1; Isaías 57:17).
Podemos detener esas pequeñas punzadas cortando el seto de espinas.
Isaías 57:17 “… pero continuaron por su propio terco camino”.
Números 33:55 “Sin embargo, si no expulsan a los habitantes de la tierra, los que se queden serán como astillas en sus ojos y espinas en sus costados. Los acosarán en la tierra que habitan…”
Pequeñas cosas que dejas dentro de tu vida: “pequeños pecados”, hábitos, tendencias, rutinas…. Se vuelven “como astillas en sus ojos y espinas en sus costados”, ¡y te atacarán cuando menos puedas defenderte de ellos! ¡Pequeños pellizcos!
Deberíamos estar constantemente volviéndonos a Dios en confesión, no constantemente “continuando por su propio terco camino”. Es una elección que hacemos. No es automático. Nos esforzamos por ello.
Creo que los cristianos en el centro de atención, como los pastores y evangelistas y los ricos y famosos, nos hacen un flaco favor al resto de nosotros por ser tan “privados”. ¡No es que debamos ser públicos con toda nuestra pecaminosidad!
Pero tantos cristianos en el foco de atención proyectan una imagen de estar libres de culpa. Parece que no muchos de ellos siguen la exhortación de las Escrituras de “confiésense los pecados unos a otros”:
Santiago 5:16 Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados.
La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.
Nuestra Imagen Como Santos. ¿Cómo han conseguido los cristianos una imagen pública de ser “santos”? Creo que nos esforzamos mucho por proyectar esa imagen: ¡la del cristiano sin pecado! Muchos cristianos tratan de aparentar que no tienen pecado. Pero esa no es la verdad, por lo que somos acusados con razón de ser hipócritas. ¿O eres genuino con los demás?
La realidad es que todos los cristianos somos pecadores. Incluso ahora.
¿Por qué nos esforzamos tanto en aparentar que estamos libres de pecado? Todos nos esforzamos más por ser menos pecadores, pero no deberíamos esforzarnos más por vernos bien, y proyectar lo que no somos.
Somos pecadores que hemos sido salvados. Cada uno de nosotros.
Los cristianos no somos salvos porque seamos perfectos. Somos salvos por Su gracia, no por ser santos. Él perdona nuestros pecados para que seamos inmaculados ante Él posicionalmente en Sus Cortes.
Ya no estamos bajo Su condenación. Pero eso no significa que ya no seamos pecadores. ¡Ninguno de nosotros!
Vamos al cielo – porque Dios llamó nuestra atención y nos arrepentimos. Ahora hemos nacido de nuevo porque Su sacrificio nos hace elegibles para ser llamados Sus hijos. No viene de nosotros. Viene completamente de Él.
Seguimos siendo humanos pecadores en la carne. Pero nuestro gran alivio ahora, es que esperamos el Día en que seremos sin pecado en la práctica ¡100% del tiempo!
Admiro y, francamente, respeto más a esos pocos predicadores y maestros de radio que tratan de ser más transparentes y confiesan que ellos mismos lucharon con un pecado específico. Me impactó especialmente Chuck Swindoll cuando compartió en su emisión pública hace años cómo utilizó egoístamente su influencia y maniobró para conseguir el mejor barco para él y su hijo cuando estaban en un retiro de la iglesia.
Swindoll admitió una horrible y egoísta “astilla en el ojo”. ¡Nadie hace eso! Pues bien, se nos exhorta a hacer precisamente eso, con “los demás”: admitir que somos pecadores. (Ver vídeo no relacionado de Swindoll: YouTube – en inglés)
Y he escuchado a otros líderes cristianos bien conocidos que han confesado fallar también, como: (enlaces en inglés) Chuck Smith y David L. Hocking (Ver: LATimes artículo re: Hocking). Algunos tienen pecados ocultos, y sin embargo son abiertos acerca de sus luchas con el pecado. Hocking tuvo pecados que salieron a la luz publica, pero él los confesó.
Ver:
- Libro escrito para cómo tratar con pastores pecadores: Si los Ministros Caen, Pueden Ser Restaurados – publicado en inglés por Tim LaHaye
- Willow Creek promete una investigación en medio de nuevas acusaciones contra Bill Hybels. “Lo sentimos,” junta de ancianos dice conforme más mujeres afirman una mala conducta por parte de Hybels. – publicado en inglés por Bob Smietana; 21 de abril de 2018 11:07 AM. Fuente: https://www.christianitytoday.com/news/2018/april/bill-hybels-willow-creek-promises-investigation-allegations.html
Confiésate con otros en la fe. El Apóstol Santiago dice en Santiago 5:16 que TODOS debemos ser transparentes en cuanto a nuestra pecaminosidad. Confiesa tus pecados a otros en la fe. Si realmente practicáramos esto en nuestros compañerismos, caminaríamos más fuertes, y estaríamos espiritualmente más sanos – animados por otros de mente y fe similares.
Si todos confesáramos de esta manera – ¡los chismosos tendrían menos de que chismear! No nos sentiríamos confundidos y enlodados. Y los pecadores que no han sido perdonados comprenderían más fácilmente que el Evangelio es para todos nosotros, pecadores.
Confesarse unos a otros no es para ser perdonados por Dios. (Ver: 1 Juan 2:12) Vamos a Dios directamente – para ser perdonados. No necesitamos confesarnos con un sacerdote o pastor – para ser perdonados.
Qué carga tan pesada les exigen algunas religiones a sus seguidores, diciendo que deben confesarse con sus líderes religiosos. Eso no está en la Escritura en lo absoluto.
Debemos confesarnos “unos a otros” para “…que sean sanados”. Según Santiago 5:16, confesar a un hermano o hermana en el Señor trae sanidad y restauración en “tu hombre interior” – con respecto a esos pecados.
Los pecadores necesitamos saber que otras personas luchan igual como nosotros. Me fortalezco en mi fe cuando confieso mi pecado a un hermano o hermana, y ellos comparten sus luchas también.
Oh, la falsa fachada de “Estoy bien. Tú estás bien”. La confesión entierra esa fachada.
Nuestra Práctica. Y sin embargo, parece que en nuestros días… no practicamos esto (Santiago 5:16) – porque la gente es tan juzgona y condenadora de los que fallan, y, muchos son chismosos de aquellos quienes fallan. ¡La iglesia destruye a los pecadores quienes admiten lo que han hecho!
¿Tal vez nos estamos conformando al mundo, siguiendo los malos ejemplos que nos rodean, como los periodistas de noticias falsas, los presentadores de programas nocturnos y otros comediantes
Muchos cristianos tienen miedo de seguir las Escrituras en esta instancia – y confesar nuestros pecados “unos a otros”, no sea que se nos ponga abajo, se nos apague, se nos deje caer, se nos sujete, se nos rechace y, bueno, ya te haces una idea. El razonamiento aquí sería:
Ya estoy luchando con ese pecado…
así que ¿por qué querría venir a ti,
“confesar mi pecado”
y ser maltratado por ello?
¡Eso sería masoquista de mi parte!
¿Qué clase de idiota sería yo?
Algunos pastores incluso incluyen confesiones privadas de su experiencia en consejería – como pequeñas anécdotas en sus sermones. Sin consentimiento previo, utilizan historias de la vida real de sus sesiones de asesoramiento “supuestamente confidenciales”. Esto es una violación de la confidencialidad.
Todos cuentan las historias supuestamente de forma “anónima”. Pero me sorprendí un domingo cuando me reconocí en el sermón del pastor – ¡después de haber compartido “mis luchas” con ese pastor yo mismo! Vaya.
Ese fue un comportamiento totalmente inapropiado e inexcusable – romper la confianza de esa manera. ¿Te sentirías libre de someterte al consejo pastoral de un pastor como él? ¡Vamos pastores! Mejoren las prácticas de su oficio.
Por qué no confesamos. Por ejemplo: Si confieso que ayer mismo, enfadado, le di un volantazo a un estúpido conductor… (No fue así… ¡eso lo hice hace más tiempo!)
- Tengo miedo de que cuentes mi pecado y me rechaces (¡Caramba! ¿Cómo puedes hacer eso…? ¡Eso no está bien!).
- No necesito tu perdón, porque no he pecado contra ti. (Me confesé a Dios y ahora estamos bien).
- Necesito tu aceptación y comprensión y amor y paciencia….
- No quiero tu “consejo” ni tu asesoramiento.
- No necesito tu actitud de juicio y rechazo, y que me digas que soy un pecador. (¡Acabo de admitir que me equivoqué! Me condenas, pero le das un pase al “otro conductor” que rompió la “pequeña” ley de cortesía de la carretera de montaña. ¡Somos tan selectivos con los pecados que condenamos!).
- No quiero que vayas a chismorrear sobre mis pecados.
Si estoy de humor, ora conmigo - Si todavía estoy ejerciendo el pecado, sea cual sea, necesito tu amor y aceptación (no de mi pecado, sino de mí).
- No necesito que estés de acuerdo con mi pecado, y que seas mi compañero en el pecado y digas “no pasa nada”.
- No necesito que me digas lo que debo o no debo hacer
- Necesito saber que estoy “seguro” contigo
Quizás cuando te confiese mi pecado, tú podrías…
- confesarme tu pecado
- corresponderme, así como “confiésense los pecados unos a otros“.
- sé el “otro” en esta ecuación de “uno al otro”
Se necesita humildad para admitir que me equivoqué. Se necesita confianza en ti. Debo confiar en que no chismorrearás sobre mis luchas. Debo confiar en que no me condenarás por mi pecado.
¡Jesús no me condena cuando peco! Él continúa su obra de perfeccionarme.
Juan 3:17-18
17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. 18 »No hay condenación para todo el que cree en él…”
Filipenses 1:6
Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.
1 Tesalonicenses 5:23-24
Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva. 24 Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel.
¿No es asombroso? EL SANTO…. Él me vuelve a cortejar. Me da un respiro. Me ayuda a recomponerme. Dios no aprueba mi pecado; Él quiere que yo sea puro y justo, todo junto. ¡Pero mi Dios es del tipo de Dios de 1 Corintios 13 (versículos :4-8)!
Intenta esto. Pon “Dios” o “Jesús” dondequiera que veas la palabra “amor” en este pasaje. ÉSE es nuestro Dios. Dios es amor.
1 Corintios 13:4-8
4 El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso 5 ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. 6 No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. 7 El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia. 8 La profecía, el hablar en idiomas desconocidos, y el conocimiento especial se volverán inútiles. ¡Pero el amor durará para siempre!
He aquí este pasaje con la palabra “amor” sustituida por “Dios”:
4 Dios es paciente y bondadoso. Dios no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso 5 ni ofensivo. Dios no exige que las cosas se hagan a su manera. Dios no se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. 6 Dios no se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. 7 Dios nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia. 8 La profecía, el hablar en idiomas desconocidos, y el conocimiento especial se volverán inútiles. ¡Pero Dios durará para siempre!
Nuestro Dios vivió como un hombre humano, Jesús. Él sabe por lo que pasamos: al vivir en un mundo caído. Él resistió todo pecado, y soportó los pecados de otros a su alrededor – en amor.
La persona en la que puedo confiar:
- es amorosa, aceptadora, amable, bondadosa – como en 1 Corintios 13:4-8
- está llena de esto – Efesios 4:17-34
- está llena de esto – Gálatas 5: versículos 22-24
- no está lleno de esto – Gálatas 5: versículos 19-21
- no está compartiendo conmigo lo que fulano o zutano hicieron en la calle (Como: ¡ya me está chismeando incluso cuando estoy compartiendo algo confidencialmente con ellos!)
Sé alguien en quien pueda confiar. Ténganlo por seguro que yo también estoy trabajando más en mí mismo.
Basado en el artículo Admitting I was wrong, publicado en inglés: 16 de julio del 2018.
PARA MÁS:
El Sistema de Justicia de Dios
La labor incesante de Dios dentro de mí y de ti
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