Qué tranquilidad, estar acostado aquí por la noche, sabiendo que todo está bien con Cristo mi Señor. Qué sentimiento tan increíblemente sereno y relajado tengo en mi alma interior.
La Biblia me dice que estoy bien con Dios. He nacido de nuevo. Ahora soy una nueva criatura, cambiada por Dios, hecha completamente nueva, y no tengo nada que temer, porque Dios es mi Salvador. No necesito nada más, porque Dios mismo me ha hecho Su hijo.
El Reino de Dios es muy exclusivo, muy lujoso, muy especial
La entrada al Hogar de Dios en el cielo va a ser—¡Oh, muy sorprendente! ¡Maravilloso! Imagina estar con nuestro amoroso Dios lleno de misericordia y gracia—por toda la eternidad.
No temeré ningún mal
No temo ningún mal porque: “Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento.” — Salmo 23:4
Perdido, vine a Él
Oh, la maravilla de ese amor de nuestro insondable Creador, para salvarme a pesar de mi alma egocéntrica. Perdido y rebelde, Él me eligió. Perseguido y cortejado, qué misterio: la gracia. Dije sí a Dios Creador. Conocerlo… es amarlo. Tenía que decir sí a ese amor. ¿Cómo podría no hacerlo? ¿Qué soy yo, solo sin […]