La cigüeña te trajo una vez. Pero a menos que nazcas de nuevo por el Espíritu de Dios – no eres Su hijo.
No puedes perder lo que nunca tuviste. Muchos en la Iglesia son trigo falso, la cizaña que representa a aquellos que crecen junto al verdadero trigo – hasta el día de la cosecha. Se parecen tanto al trigo, y se encuentran en la iglesia con el trigo, pero no son trigo.
Interesante – la vida de Templeton, Charles Bradley Templeton (7 de octubre de 1915-7 de junio de 2001). Fue un gran evangelista “cristiano”, anduvo con Billy Graham en una época, luego negó la fe y, como agnóstico, escribió en contra de la fe cristiana. Para más información sobre él, véanse éste y otros enlaces:
“Templeton, como su propia historia deja claro (p. 3), nunca llegó realmente a un punto en el que estuviera intelectualmente convencido de la veracidad del cristianismo (lo que los reformadores llamaban assensus). El assensus representa la convicción que tenemos en nuestras mentes”.
Así es como describiría a cualquiera que “abandona” su fe. En primer lugar, nunca se salvaron, por lo que en realidad no “abandonaron”. No puedes irte de donde nunca estuviste. Estas personas solo hicieron lo que Hebreos 6 dice:
“…los que una vez fueron iluminados—aquellos que experimentaron las cosas buenas del cielo y fueron partícipes del Espíritu Santo, 5 que saborearon la bondad de la palabra de Dios y el poder del mundo venidero— 6 y que luego se alejan de Dios…”. – Hebreos 6:4-6
Si realmente has nacido de nuevo, entonces tu vida ha cambiado.
17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado! – 2 Corintios 5:17
[Ver más con respecto a esto en mi artículo: Aquel momento preciso en el tiempo] Estas “cizañas” nunca se arrepienten, nunca aceptan verdaderamente a Cristo como su Señor y Salvador y no lo siguen. Ellos simplemente fueron “iluminados” y “probaron” y participaron de las cosas atractivas de la fe. Les gustó, y lo hicieron parte de su vida. Pero no nacieron de nuevo en Cristo. Es aparente que 2 Corintios 5:17 nunca les sucedió.
En ninguna parte de las Escrituras Dios nos dice que “nosotros, por nuestra propia elección, podemos apartarnos de Dios”. Al contrario, la Escritura dice que ya tenemos vida eterna, ¡ahora! Si tú has sido cambiado por Dios, y Cristo está en ti – entonces no te alejarás y tampoco “perderás tu salvación”. Todos nuestros pecados están cubiertos con la salvación en Cristo.
13 Les he escrito estas cosas a ustedes, que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. – 1 Juan 5:13
Una vez que 2 Corintios 5:17 tiene lugar en la vida de una persona, Dios mismo la ha convertido en una nueva criatura eterna destinada al cielo. Y lo que Dios ha hecho es seguro. Él mismo nos cambia. Él Mismo, por Su propia voluntad, nos da vida eterna la cual, en ese momento, comenzamos a vivir… aún estando en este cuerpo mortal.
La única prueba, para nosotros desde este lado terrenal de las cosas, de que este cambio ha ocurrido realmente – es si uno “persevera hasta el fin”. En la Escritura esa no es una pregunta que se aplica a los verdaderos creyentes. No dice “serás salvo si perseveras hasta el fin”. Lo que dice es que uno PERMANECERÁ hasta el fin… si es verdaderamente salvo.
Esos versos solo se aplican a aquellos que no han sido verdaderamente salvos. Dios no nos está diciendo que aguantemos hasta el fin o ¡nos caeremos del cielo! En ninguna parte dice la Escritura que Él nos llevará al Infierno, o que le pondrá fin a nuestra salvación, o que nos la quitará. Al contrario, Pablo dice en Romanos 8:
“Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús”.
– Romanos 8:1
“Pero ustedes no están dominados por su naturaleza pecaminosa. Son controlados por el Espíritu si el Espíritu de Dios vive en ustedes. (Y recuerden que los que no tienen al Espíritu de Cristo en ellos, de ninguna manera pertenecen a él). 10 Y Cristo vive en ustedes; entonces, aunque el cuerpo morirá por causa del pecado, el Espíritu les da vida, porque ustedes ya fueron hechos justos a los ojos de Dios. 11 El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes”.
– Romanos 8: 9-11
Esto está en tiempo presente – realizado por Cristo, hecho. No es futuro. Ya estamos, actualmente, en este mundo:
– “no están dominados por su naturaleza pecaminosa” (espiritualmente hablando), y
– “Cristo vive en ustedes”, y
– “El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes”
Dios mismo ha hecho todo esto a nuestro favor – no nosotros mismos. ÉL nos creó. Y en ese momento nos encontramos bajo Su condenación. Pero cuando nos inclinamos ante Él, nos arrepentimos de nuestro pecado, y lo seguimos – ÉL entonces, en ese momento, nos re-creó en otra forma de criatura. Ya no somos meramente humanos. Es ÉL quien nos ha cambiado, y es ÉL quien nos guarda.
29 Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor[a] entre muchos hermanos. 30 Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria.
– Romanos 8:29-30
La Escritura es muy clara en que NADA nos puede separar de Cristo.
35 ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? 36 (Como dicen las Escrituras: «Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero»[a]). 37 Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó.
38 Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios,[b] ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. 39 Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.
– Romanos 8:35-39
39 Y la voluntad de Dios es que yo no pierda ni a uno solo de todos los que él me dio, sino que los resucite, en el día final.
– Juan 6:39 Versión Nueva Traducción Viviente (NTV)
La certeza de estar “en Cristo”, de haber sido ya “hechos una nueva creación”, se encuentra en toda la Escritura. Esta es la esperanza puesta ante nosotros:
19 Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios. 20 Jesús ya entró allí por nosotros… – Hebreos 6:19-20
Nuestra esperanza está siempre en Cristo, nunca en nuestras fuerzas, nunca en nuestras capacidades, nunca en nosotros mismos. Nuestra esperanza siempre está en Aquel que nos cambió para Sus propósitos. Y Él nunca nos abandonará. Por eso no tengo miedo. Mi salvación no depende de mí. Dios me tiene en Sus manos, y Sus manos son fuertes.
Basado en el artículo Losing It , publicado en inglés: 18 de enero del 2013.
PARA MÁS:
La credulidad de la persona común
Esto es la salvación en Cristo
Aquel momento preciso en el tiempo
Salvación en Cristo …la gracia de Dios
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