«Pues, dentro de muy poco tiempo, Aquel que viene vendrá sin demorarse. 38 Mis justos vivirán por la fe. Pero no me complaceré con nadie que se aleje». 39 Pero nosotros no somos de los que se apartan de Dios hacia su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas.
La salvación en Cristo es más que enorme
Como una nueva persona en Cristo – comenzamos nuestro caminar como bebés creyentes. A medida que nuestra nueva vida en Cristo progresa, podemos permanecer como bebés inmaduros en Cristo. Podríamos seguir siendo bebés, tal vez incluso llegar al Cielo con nuestras ropas humeantes.
Maldiciones, hechizos malignos y ser gafado
Cubierto por el Espíritu Santo y Sus ángeles. El mundo espiritual está sujeto a Dios. Y Dios reside dentro de nosotros. Así que, desde nuestro renacimiento espiritual – vivimos con todas las dimensiones espirituales cubiertas por el Espíritu Santo y Sus ángeles. Estamos protegidos por Dios Todopoderoso. Nosotros mismos no somos poderosos en y por nosotros mismos, pero somos “divinamente poderosos”: “…porque el Espíritu que vive en ustedes es más poderoso que el espíritu que vive en el mundo” (1 Juan 4:4).
Perdiéndolo
Nuestra esperanza está siempre en Cristo, nunca en nuestras fuerzas, nunca en nuestras capacidades, nunca en nosotros mismos. Nuestra esperanza siempre está en Aquel que nos cambió para Sus propósitos. Y Él nunca nos abandonará. Por eso no tengo miedo. Mi salvación no depende de mí. Dios me tiene en Sus manos, y Sus manos son fuertes.