Guía: Semana 8 de Dones y Ministerios
Repaso y Evaluación
Esta semana será dedicada exclusivamente para:
Presentación de la monografía
Como lectura final, y antes de entregar todas las tareas te recomiendo leer y reflexionar el artículo de conclusión. Comprueba si has entregado todos los trabajos solicitados en las tareas semanales, contesta las preguntas del examen y realiza tu trabajo monográfico siguiendo las especificaciones de todos los trabajos escritos.
Deberás elaborar un trabajo monográfico de unas 7 a 10 páginas en el cual deberás tener en cuenta tres cuestiones:
- Reconocer tu propio don y contar respecto de cómo lo descubriste
- Comentar de cuál es la importancia de ese tu don para tu iglesia local
- Describir en cómo piensas usar ese don en tu propia iglesia.
Conclusión
Las parábolas que encontramos en Mateo 25:14-30 y Lucas 19:12-27, están directamente relacionadas con nuestro tema y nos permiten conocer de forma inmediata lo que el Señor pensaba acerca de los dones de Gracia.
- Cada siervo ha recibido un don de parte de su Señor.
- La parábola de los talentos destaca la variedad de los dones: cinco a uni, dos a otro y uno al tercero: “a cada uno según su capacidad” (v. 15) que el Señor conocía perfectamente. La de las minas nos revela que su valor es idéntico delante de Dios: cada uno recibe una mina.
- Estos dones son confiados a los siervos “para conocer” cómo los utilizaría cada uno (Lc. 19:15). Este es su propósito esencial: el Maestro no está interesado en los beneficios obtenidos, puesto que se los deja –junto con el dinero que les había confiado– a sus siervos. Quería hacerles un test para probar su fidelidad y sus capacidades.
- Los siervos deben mostrar la utilidad de los dones en un contexto hostil: sus conciudadanos odian a su Señor y no quieren que reine sobre ellos (Lc. 19:14), por lo que también odiarán a sus siervos (Lc. 6:22; Jn. 15:18). Esto no debe impedirles poner su dinero a disposición de sus conciudadanos para hacerlo fructificar.
- La manera en que los siervos utilizan sus dones es muy diferente. La parábola de las minas destaca la diferencia de rendimiento de los dones del mismo valor: uno gana 10 minas y el otro 5. Esta diferencia proviene sin duda de la diferencia de celo y de capacidad entro los dos siervos. El Señor valora los resultados tanto del uno como del otro, recompensándoles con los frutos de su trabajo.
- La parábola de los talentos enfatiza otra verdad: a igual fidelidad, igual recompensa, incluso si el resultado ese distinto. El siervo que había recibido dos talentos y que consigue el doble escucha exactamente el mismo elogio de parte de su Señor que aquel que aporta 10 talentos habiendo recibido 5. Sus capacidades no eran idénticas –el que había recibido dos talentos es posible que no hubiera sabido utilizar los cinco– pero su fidelidad es la misma. “Yo planté, Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios… el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor” (1 Co. 3:6,
- El tercer siervo de las dos parábolas es aquel sobre el cual se nos dan más detalles, con el propósito de darnos una seria advertencia: lastimosamente, a un cristiano le es posible esconder su don. No importa que después lo devuelva intacto a su Señor, la condenación es severa. Utilizar su talento para el Señor o no utilizarlo no es sólo un pequeño suplemento facultativo para los que quieren ser muy piadosos: es una elección que tiene consecuencias incalculables (Mt. 25:30).
- El Señor describe al mal siervo con dos palabras: “Malo y perezoso”. El primero se relaciona con el juicio que el siervo acaba de emitir con respecto a su Señor: “Hombre duro e injusto que siegas donde no sembraste”. El segundo designa el verdadero motivo de la pasividad del siervo: es perezoso. Hacer fructificar el talento, poner su don en funcionamiento exige un esfuerzo. Un beneficio del 500% o del 1000 % no se consigue sin hacer nada. Si un don espiritual es un motivo de acción de gracias, es también –sobre todo– una responsabilidad y una ocasión de probar nuestro celo por el Señor.
- La parábola de Lucas nos enseña que la forma de emplear el don y los frutos obtenidos al administrarlo servirán para determinar las responsabilidades que el Señor nos confiará en el mundo futuro (19:17, 19). La utilización de los dones espirituales, es, según esta parábola, la asignatura esencial de la escuela de ciencias políticas de los futuros administradores del cosmos. Los resultados obtenidos en esta asignatura, determinarán los lugares que nos serán atribuídos por el Señor.
- La conclusión práctica de estas parábolas –y de todo este estudio sobre los dones espirituales– cada uno de nosotros debe sacarla para si mismo. He recibido un don; soy responsable delante de Dios del uso que haga de él. ¿Cómo voy a emplearlo para Su Gloria?
(Tomado de: Alfred Kuen, Dones para el servicio, Clie, Terrasa, España, 1993, pp. 193-195)
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