
Tengo la impresión, viendo alguna información que leo en los periódicos o escucho en la radio, que la gente en general no toma en serio el hecho de que Dios está furioso, muestra indignación y está enojado cuando ve el pecado. Y es interesante para mí que a la gente en general no le gusta la palabra “pecado”. Para algunos, debe parecer una palabra usada en la Edad Media o en los tiempos medievales.
La raza humana parece ser más tolerante hoy en día de las cosas malas. Cosas como la prostitución, el aborto, el aborto parcial, la homosexualidad o incluso el divorcio se han vuelto más aceptables. Todos parecen estar involucrados en alguna de estas cosas, incluso los cristianos. La verdad es que tales pecados han existido desde hace mucho tiempo. Muchos piensan que el hecho de que fueron mal vistos hace siglos no significa que no puedan ser aceptados hoy. El argumento utilizado es: “el hombre ha evolucionado. Ha mejorado y es más tolerante de las cosas”.
Sin embargo, cuando profundizamos en algunas de estas cosas, en lugar de encontrar al hombre viviendo más feliz y siendo una mejor persona por ello, encontramos al hombre con más problemas que antes y a veces parece que su vida “va de pique”. Claro que puede manejar los problemas, pero su vida no es mejor, sino peor. ¿Y por qué todo esto? ¿No ha “evolucionado” y mejorado el hombre?
Dios, desde el principio, estableció los requisitos para el hombre. Dios mismo no necesita leyes, fronteras, márgenes o límites. Dios no tiene límites (Salmo 139:2-12). Dios simplemente es (Éxodo 3:14, Juan 8:58). Él no tiene pasado, presente ni futuro (1 Reyes 8:27, 2 Crónicas 2:6). Él es soberano sobre todo (Salmo 103:19). Él controla todo (Isaías 46:10). En Él todas las cosas se mantiene unidas (Colosenses 1:17). En Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser (Hechos 17:28).
Dios es Justo,
(Deuteronomio 32:4; Salmo 89:14)
a pesar del hecho de que
Dios es lento para la ira con nuestro pecado
(Salmo 86:15; Joel 2:13; Isaías 48:9; Éxodo 34:6; y Salmo 103:8)
y no quiere que nadie perezca.
(1 Pedro 3:20; 2Pedro 3:9, 15)
La Biblia dice estas cosas acerca de Dios:
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Dios nos paga por lo que merecemos (Ezequiel 16:59)
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Dios nos paga con justicia (Job 34:11; Salmo 62:12).
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Dios está enojado con el pecado (Génesis 39:19, Números 11:33, 1 Tesalonicenses 1:10, 5: 9, Apocalipsis 6:17).
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Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16)
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Dios odia la mentira (Salmo 119:104, 128, 163).
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Dios odia el mal (Salmo 45:7; 97:10)
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Somos salvos de la ira de Dios porque Jesús pagó nuestra deuda por el pecado con Su propia sangre al morir por nosotros en la cruz. Es por la misericordia y la gracia de Dios que no somos consumidos (Efesios 2:8-9; 1 Juan 1:7; Hebreos 10:19, 22; Deuteronomio 4:24; Hebreos 12:29).
Hemos sido salvados de la ira de Dios debido a lo que Jesús hizo por nosotros (Romanos 5:9).
La Biblia dice que, al principio, antes de aceptar lo que Jesús hizo por nosotros, éramos “objeto del enojo de Dios” (Efesios 2:3).
Como Hebreos 10:31 dice, “¡Es algo aterrador caer en manos del Dios vivo!” Así que, con este pensamiento, ¡no entiendo cómo la gente puede tomar a Dios tan a la ligera!
* Este artículo fue escrito en 2008. Esta versión en español se basa sobre God is Just, 24 de noviembre de 2008.
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