…¿por qué todo mi dolor y tristeza, mi enfermedad y sufrimiento, mis sentimientos depresivos y preocupaciones? Se debe a la Caída del Hombre.
La Caída del Hombre, su alejamiento de Dios y su caída en el pecado, se registra en Génesis 3. Vivimos y hemos visto sus efectos a lo largo de la historia, hasta nuestros días, y hasta lo más profundo de nuestra alma, de nuestro cuerpo y de nuestra mente.
Dios creó todo lo que existe. Y lo hizo bueno. También creó seres vivos autónomos, cada uno con un espíritu independiente, un alma distinta. Eran: ángeles y humanos. Fueron creados con la libertad de una voluntad para hacer elecciones. Ambos, ángeles y humanos, eligieron mal.
El privilegio de mi existencia
me obliga a buscar a Dios
y asegurar mi eternidad con Él.
¿Quién te crees?
¿Sabes lo que Dios cree que eres?
Satanás, llamado Lucifer, tan perfecto y poderoso, hizo su elección en los cielos de rebelarse e ir en contra de Dios Todopoderoso. Y así Satanás, malvado hasta la médula, vaga por la tierra “buscando a quien devorar“.
Adán y Eva desobedecieron a Dios en el Jardín del Edén. Tan maravillosa como era su perfecta existencia, con Dios caminando y hablando personalmente con ellos, hermosamente desnudos ante Dios, sin una preocupación en el mundo… le dieron la espalda a su Creador.
Así que Dios condenó a su creación. Y toda la humanidad, desde su nacimiento, está bajo la condenación de Dios. Necesitamos un Salvador. Ese Salvador es Cristo el Rey.
Como dicen las Escrituras:
“No hay ni un solo justo,
ni siquiera uno”.
– Romanos 3:10
Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas;
hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros.
Sin embargo, el Señor puso sobre él
los pecados de todos nosotros.
– Isaías 53:6
Vemos y experimentamos los efectos de la Caída. Vivimos en un “Vórtice del Bien y del Mal“. Siempre estamos en un estado de muerte.
17 excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás”. – Génesis 2:17 Versión Nueva Traducción Viviente (NTV)
Notas al pie de página (traducido del inglés): a. Génesis 2:17 Tanto espiritual como físicamente, muerte física en el sentido de volverse mortal; fueron creados inmortales.
Viviendo En Este Mundo Condenado Por Dios: Los efectos
La tierra está dividida en dos campos. Cada uno de nosotros está experimentando los efectos de que Dios haya condenado al mundo – ya sea que (1) elijamos rechazar a Jesús y seguir nuestros propios caminos, o (2) elijamos arrepentirnos verdaderamente y seguir a Cristo:
En nuestros cuerpos: dolor y penas, enfermedades, dolencias, sufrimiento, enfermedades que no podemos quitarnos de encima, condiciones desconcertantes que los mejores científicos y doctores no pueden descifrar. Todo esto viene de la Caída.
En nuestras mentes: Hacemos el mal, incluso cuando no queríamos hacer el mal (Romanos 7:14-15). Dada una opción, a menudo hacemos lo incorrecto, elegimos nuestro yo – por encima de los demás, pecamos. Somos naturalmente impulsados por la carne dentro de nuestras entrañas. Todo viene de La Caída.
En nuestras emociones: Luchamos con la desesperación, la depresión, la desesperanza, la pena, el dolor y la angustia. Todo esto viene de la Caída.
En nuestras fuerzas: Nuestra fuerza nos falla. Todo proviene de la Caída.
Ser condenado por Dios en la tierra es
simplemente andar viviendo tu vida – sin Cristo, viviendo en rebelión contra Dios, rehusando doblar tu rodilla ante Dios, rehusando su regalo gratuito de vida eterna, viviendo para cualquiera o cualquier otra cosa que no sea Cristo, en contra de Cristo, en contra de lo que Dios ha establecido, para siempre en contra del llamado de Dios a arrepentirte de tus pecados y tener sólo esta vida efímera, no te has vuelto a Dios en arrepentimiento, no has aceptado el don gratuito de Dios de ser aceptado en Su Reino, no has aceptado a Cristo como Señor de tu vida, no has permitido que Dios te convierta en un hijo de Dios perdonado y aun así tienes la oportunidad ahora de aceptar a Cristo como Señor y Salvador. Fuente: Condenado por Dios en la tierra
Por el diseño de Dios vendrá un tiempo de cambio, justo a tiempo para cada uno de nosotros:
- Para los seguidores – será algún lindo día en el Rapto o cuando muramos, si le estamos siguiendo, verdaderamente nacidos de nuevo; pero…
- Para los incrédulos – ese Día del Juicio será un día sin esperanza, sin remedio, cuando todos los que no tienen a Cristo recibirán la sentencia de condenación eterna de parte del Dios que condena, y serán enviados al Lugar de Tinieblas Infinitas de Satanás, sin nada de lo bueno de Dios, para siempre, un lugar diseñado por Dios para contener todo lo malo.
Depende de nosotros luchar contra los muy grandes y muy malos enemigos de nuestra alma. Pero nosotros, por nuestra cuenta, nunca venceremos a ninguno de esos enemigos con nuestro poder (en inglés: Not by strength – by God!). Debemos vivir ligados a Dios, impulsados por Dios, por el Espíritu Santo, que promete quedarse con nosotros, dentro de nuestra alma, para siempre. Nada puede separarnos de Él. Nada.
14 Pues todos
los que son guiados
por el Espíritu de Dios
son hijos de Dios.
– Romanos 8: versículo 14
Debemos ser absolutamente precavidos en todos nuestros caminos – para ser un alma sana, para vivir una vida digna. Satanás es un engañador y un mentiroso. No se gana con una vida sin protección.
Cristo está preparando un lugar para nosotros en Su hogar para siempre. Quiero llegar habiendo vivido una vida digna de nuestro Santo, Santo, Santo Dios. ¿Y tú?
Basado en el artículo Why all my pain and sorrow, my sickness and worries?, publicado en inglés: 22 de enero del 2020.
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No por la fuerza – por Dios (publicado en inglés: Not by strength – by God)
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